8 razones para dejar crecer la barba, según un libro del siglo XIX

Un regalo de Dios, destinado a " distinción, protección y adorno" . Así describió TS Gowing a las barbas en su libro " La Filosofía De Las Barbas" ( Chin Beaver!: The Philosophy of Beards (Inglés)) . Gowing fue un activista pro-barba casi desconocido en la Gran Bretaña, sin embargo publicado un texto de 72 páginas (previamente mencionado), donde dio su perspectiva histórica, filosófica y artística sobre las barbas.

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1. Las barbas son el epítome de la virilidad.

Las barbas son "la verdadera expresión de belleza masculina", Gowing dice esto en su escrito y además argumenta que afeitarse solo hace lucir afeminado a un hombre, pues las mujeres no tienen barba porque no tienen las dificultades a las que los hombres se enfrentan. Tenemos que comprender que eran otros tiempos y el pensamiento sobre lo masculino y lo femenino, era muy estricto.

2. Los hombres de las grandes civilizaciones tienen vello facial.

Reyes egipcios, dioses etruscos, así como todos los hombres de las más importantes civilizaciones han sido provistos de abundantes barba y esto no es simplemente una coincidencia, según Gowing la ausencia de barba, es símbolo de debilidad física y moral.

3. Una protección natural frente al frío, la humedad y la enfermedad.

Supuestos textos médicos de la época decían que los hombres sin barba sufrían en mayor medida de resfriados, dolor de garganta y dolores reumáticos. Gowing aseveraba que los albañiles y los herreros eran protegidos por sus barbas, que reconocían los restos de hierro y grava. En cuanto a las barbas que sufren abrigado a quien las usa, Gowing se remite una anécdota en donde viajó a Suiza de excursión y bastó con dejar crecer su bigote para no sentir ninguna incomodidad a causa del frío.

4. Las barbillas de los hombres son feas por naturaleza.

Para manejar este argumento Gowing citó una conferencia impartida por la Escuela de Arte Práctico del Gobierno, en la que el orador indica que las barbillas de los hombres deben de ir cubiertas porque son antiestéticas, ásperas y angular . Es p or eso las barbillas de los hombres por la naturaleza debían estar cubiertas de vello, mientras que las estilizadas barbillas de las mujeres hermosas por la naturaleza debían ir al descubierto. Gowing agrega que "pocas cosas son más desagradables que un anciano sin barba".

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5. ¿Las Barbas Regulan la Electricidad?

Gowing creía que la barba "actuaba como un aislante de electricidad y el calor" y ayudaba a "la electricidad que está ligada a la condición de los nervios". Gowing admite que no hay mucho sustento científico en este postulado, además de que tampoco profundiza mucho en este tema y es probable que confundiera el vello facial humano, con las "vibrisas", que son los bigotes que tienen algunos animales, y les sirven entre otras cosas para conocer la localización, el tamaño y la textura de un objeto.

6. Arreglarse la barba es divertido.

Y hablando del pelaje de los animales, "el peinarse la barba provoca una placentera sensación, comparable sólo con la que experimenta un gato al limpiar su pelaje", señala Gowing.

7. Afeitarse es terriblemente molesto.

"Es como entrar en el purgatorio", así describe Gowing a la irritación que provoca el afeitado, además de irritar la piel, provoca el brote de acné. Y los que más sufren son aquellos que tienen una barba tupida y frondosa pues “mientras mayor es la protección natural, mayor es la locura de quitarla”, dicen Gowing.

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8. Las chicas aman las barbas.

Gowing pretendía destruir el mito de las mujeres no les gustaba la barba asegurando las mujeres les gusta todo lo "varonil", y que tal vez al principio les parezca algo extraño, pero que finalmente terminarán pensando lo contrario. Nos cuenta la anécdota del pintor suizo del siglo XVIII, llamado Liotard, cuya esposa quedó tan consternada al ver que había sido rasurado completamente, que había tenido "una barbilla tan pequeña, que besarla es casi un pecado".

Cómo podemos ver TS Gowing te ofrece algunas buenas razones (y otras no tanto), para que dejes crecer la barba, además quedarás como todo un intelectual cuando te pregunte: ¿por qué te dejaste crecer la barba? Y tu respuesta sea: fue gracias a un autor británico, activista, pro-barba del siglo XIX.